Definitivamente la soya, usted habrá visto que en el libro El Poder del Metabolismo, pues no la recomiendo para nada, porque la soya tiene un efecto goitrogénico, que quiere decir que interfiere con la función de la tiroides.
Todo lo que sea que interfiere con la función de la tiroides, pues nos reduce el metabolismo, como el problema principal de la epidemia de la obesidad y también del descontrol en la diabetes es el metabolismo lento, pues entonces nosotros queremos evitar todo aquello que nos reduzca el metabolismo. Queremos que el metabolismo este ágil, que esté eficiente, que esté fuerte y que pueda el metabolismo quemar grasas y mantener los sistemas de vida del cuerpo como el caso de la diabetes; nosotros queremos combatir el metabolismo lento; y la soya no se recomienda para nada.
Desde el libro El Poder del Metabolismo, no recomendamos la soya, precisamente porque interfiere con la tiroides, y lo mismo pasa en el libro de la diabetes en el libro Diabetes Sin Problemas también estamos hablando específicamente del tema de la soya; porque muchas personas se dieron a la tarea o al uso o a la costumbre de tomar leche de soya, otros que son vegetarianos, pues está bien, son vegetarianos, pero la verdad es que el truco con los vegetarianos es que hay muchos vegetarianos que no comen vegetales, suena interesante, son vegetarianos que lo que comen es mucho pan orgánico, mucho pan integral, galletitas integrales y cosas de esas, pero casi no comen vegetales y entonces cuando un vegetariano abusa del tema de la soya, pues va tener problemas, va a tener problemas de salud.
Entonces, ¿qué es lo que pasa con el problema de la soya? pues es que la soya causa impotencia sexual en el hombre causa también frigidez en la mujer, algo que ya está históricamente comprobado, que está en la literatura. Si vemos un poquito de historia… Hay unos monjes, monjes budistas que son monjes Zen.
Los monjes Zen son oriundos del área del Japón y luego se extendieron hacia china; los monjes Zen en la literatura de ellos que es una literatura de antes de la época de Cristo, porque es el budismo que es más antiguo que el cristianismo, pues básicamente una de las técnicas de lo que les daban en los monasterios y eso está escrito así en la literatura de ellos es que les daban soya, porque habían encontrado que cuando el monje comía tofu o más dosis de tofu que son de soya, pues automáticamente no sentía el mismo interés sexual, por lo tanto podía portarse bien, así que básicamente como parte de la cultura de los monjes Zen, está que se consumen altas cantidades de soya, porque en la misma literatura de ellos explica y ya se sabía históricamente de que la soya como tal reduce el líbido, o sea que la soya reduce el líbido.
Ahora no se sabía cómo era que eso funcionaba, yo tengo una explicación, que ya la había explicado en otro episodio y es que la soya interfiere con la tiroides; cuando interfiere con la tiroides, pues obviamente bloquea el metabolismo, pero la explicación verdadera de cómo es que la soya interfiere con el líbido y causa o puede causar impotencia sexual o frigidez en la mujer, o sea tanto en el hombre como en la mujer causa una reducción dramática del deseo sexual, del deseo de compartir sexualmente con su pareja, pues ya se descubrió y es que la soya como tal interfiere, es decir sustancias que tiene la soya, específicamente una sustancia ya no hablando goitrogénicas sino hablando de ciertos bioflavonoides especiales que tiene la soya, interfieren con la testosterona.
La testosterona es una hormona masculina, pero es una hormona que también tienen las mujeres, la diferencia es que las mujeres tienen poquita testosterona y los hombres tienen mucha; entonces la testosterona es la hormona, es una hormona de carácter masculina que es la hormona que controla el deseo sexual. Si usted castra un animal, pues está castrando los testículos que es donde se produce la testosterona, automáticamente el animal ya no tiene interés sexual; la testosterona es la hormona que controla el deseo sexual tanto en el hombre como en la mujer.
La soya lo que se ha visto es que interfiere con la producción de testosterona, uno de los mecanismos con los que interfiere, es que la soya interfiere específicamente con el zinc, el zinc que es un mineral que es vital a la sexualidad y vital al sistema inmune también, o sea hay más cáncer cuando hay menos zinc. Así que la soya como tal tiene ese efecto reductor del líbido de la sexualidad de la persona, que en los hombres puede terminar en impotencia y en la mujer termina en frigidez, pero aquí se lo explico para que usted lo entienda y ¿por qué?, pues porque la verdad siempre triunfa.
Frank Suárez
Especialista en Obesidad y Metabolismo